Mi testimonio no es objetivo, jamás podría serlo, nunca después de que María haya sido todo, menos la fotógrafa de los mejores momentos de mi vida.
María fue casualidad, la recomendación espontánea de una extraordinaria amiga que sabía de su trabajo por otra boda, y que acabó con mi búsqueda en un rumbo equivocado.
Fue y es la originalidad, la personalidad y la diferencia respecto a ese montón de trabajos que a mis ojos eran y son repeticiones sucesivas de imágenes inertes.
María fue y es la sencillez y la profesionalidad, lo inesperado, porque desde aquella tarde en el Paseo Marítimo en la que por vez primera quedamos para saber quien era, tuvimos la sensación de que la conocíamos desde hacía tiempo, y ella a nosotros. Porque su forma de ser y tratarnos, nos convenció enseguida. Porque a pesar de ver sus trabajos anteriores, que dejaron claro y sin lugar a dudas, cual sería el resultado, ella nos volvió a sorprender de nuevo, siempre lo hace. Porque la naturalidad, la espontaneidad, la BELLEZA (en mayúsculas) y la perfección, son la marca de la casa.
María es la reafirmación y confirmación de que mi criterio no era erróneo, cuando compruebo con el transcurrir del tiempo que tantas personas han confiado y siguen confiando en ella, en su impecable trabajo, en su inconformismo ante lo común.
No quiero alargar un testimonio que podría ocupar decenas de páginas llenas de agradecimiento infinito hacía María. Pero María, no es, como he dicho al inicio, la fotógrafa de los mejores momentos de mi vida, y no lo es, porque eso significaría no haberse convertido en una persona tan especial que ya forma parte de nuestras vidas, en alguien con la capacidad de volverse invisible mientras capta tantas preciosas instantáneas para el recuerdo, y es que mis recuerdos están vivos en cada una de ellas.
Fotógrafa: Persona que hace fotografías, en especial si se dedica a ello profesionalmente.
Esta definición se queda muy corta y está muy lejos de lo que tu has sido, eres y serás para mí, para nosotros.
Rosario y Mariano.